miércoles, 13 de agosto de 2008

Me acuerdo de.....

Me acuerdo de mi barrio cuando era gurí, recuerdo que plantamos dos árboles en la vereda con mamá, y que mi abuelo pavimentó la vereda que le correspondía a la casa. Recuerdo que había una cuneta en la calle que eran tan honda que una señora se ahogó, las calles eran empedradas y me acuerdo cuando se pavimentaron, había que hacer mil vueltas para poder salir de casa pues estaban trabajando en la calle.
Me acuerdo del Buby, era el peluquero del barrio y mi vieja me mandaba a la peluquería y yo me sentaba y escuchaba las conversaciones de los hombres que estaban allí, obviamente la mayoría de la veces conversaciones no eran aptas para un menor como yo y el Buby me decía " - Vos no escuches gurí", yo escuchaba todo al detalle.
Ya siendo adolescente, la ciudad no había cambiado mucho y el idilio con la misma seguía intacto. Con mis amigos cruzábamos una caña en la bicicleta y nos íbamos lejos a pescar, si salíamos de noche, nos íbamos caminado kms y kms y en definitiva no llegábamos a ningún lado, pasábamos la noche caminado y jugando por ahí, la pasábamos bomba en cualquier lugar.
Nos hacíamos la rata para jugar interminables tardes al básquetbol o al fútbol, íbamos a acampar entre quince o veinte, hacíamos fogones, pozos en la playa, siempre había un músico, cómo no acordarme de Santiago ¡cómo toca la guitarra ese gurí!, confieso que algo se tomaba y se tomaba más porque era prohibido, le dábamos a la caña Velho Barreiro hasta cantar finito.
Me acuerdo de mis primeras salidas en auto. El padre del Zacary, o sea el viejo Zacary tenía un auto viejaso! y se lo prestaba al Zaca. Recuerdo que era como un bote por como se sentía la suspensión y ahí adentro tocábamos la batería imaginaria, a mi siempre me tocaba la guitarra o el bajo, como el auto no tenía radio, alguien no me acuerdo quién llevaba un grabador con algún cassette de los redondos o Miguel Mateos o Soda Stereo y ahí le dábamos duro a la percusión y las cuerdas, mientras el Zaca manejaba. No se podía tomar mucho pues no te vendían alcohol, todos sabáin que éramos menores.
Recuerdo a Ivana, que iba al liceo con nosotros y trabajaba en unos de los pocos video club de la época, quedaba cerca de la comisaría. El asunto es que como era conocida de nosotros pensamos que con la complicidad de ella íbamos a poder alquilar una película prohibida a menores, entonces entramos y le dijimos el plan, nos dijo que sí y hasta ahí todo bárbaro, el asunto se complicó cuando fuimos a pagar, el dueño del club nos pidió cédula delante de todos los clientes! Ergo: quedamos pegados! Pero no quedó por esa, pues le pedimos al gordo Lafuente, que era mayor, que nos alquilara la peli y fuimos corriendo a verla a casa, pues no estban mis padres, pero el destino tenía guardada la última. Mis padres llegaron sin aviso y tuvimos que sacar la peli y devolverla sin verla. Obiamente hubo revancha en casa de Horacio.
Recuerdo más cosas, pero son para otro post.

2 comentarios:

ALFONSO dijo...

Wooow !, Leo, felicitaciones, realmente este es un post "desde el corazón".

Tantas cosas que nos hacen a los uruguayos ! La caña Velho Barreiro que vendían en el Chuy por 2 mangos, pero que era ... VENENO !!, las salidas con los amigos, los campamentos, los partidos de fútbol, tantas cosas...

Un saludo,

Alfonso

Leo dijo...

Nostalgia de las cosas mas queridas de la adolescencia y la infancia.
Hacen mucha falta cuandoeres adulto y debes enfrentar el día a día.
Es la idiosincracia de los uruguayos o por lo menos una parte de ella.
Saludos.