Emigrar!?

La más de las veces o la mayorá debo decir, soy muy egoísta y el otro poco restante practico la generosidad, así es que creo en el altruismo por cercanía familiar.
En las noches cuando mis hijos duermen tranquilamente, los miro antes de acostarme, a veces porque mi esposa me pide y otras, las menos, porque los quiero ver. Y ahí están , en sus camas dormidos, a veces tranquilos, a veces sueñan, se mueven y hablan.
Tal vez esta escena se repita en muchos hogares de mi país y de América, o del mundo, porqué no? Pero lo que me inquieta es, que lo que es normal para unos pocos, se vuelve inalcansable para otros muchos. No sé a quién le escuché que todos somos felices con las mismas cuatro o cinco cosas, es decir, nos gusta que nos amen y nos gusta amar, nos gusta comer y compartir una comida, nos atrae la diversión y el juego lúdico, reunirnos , expresarnos libremente.
Cómo Marx explicó, somos seres que dependemos de lo material, dependemos unos de los otros para sobrevivir, dependemos de la cooperación mutua, y de la solidaridad. Claro que esto son ideas que flotan en nuestras mentes, que sabemos ciertas pero que están la mayor parte del tiempo en desuso. Los filósofos , sociólogos, y arquitectos de las sociedades se devanan la cabeza tratando de buscar una llave que nos permita entrar todos juntos a la felicidad más absoluta, pero lo que han conseguido es frustración generalizada y ganas de no cooperar más en muchos casos.
Digo esto porque estoy analizando las verdades de nuestra decisión de emigrar, en un mundo que está cada día más complicado.
Decidimos irnos, pero... porqué?
Porque estoy aburrido de trabajar salteado, porque la educación pública es cada vez peor, porque la salud pública es pobrisima en el interior, porque la salud privada es demagógica y salvajemente empresarial, porque quiero una estabilidad más allá de los períodos de gobierno, porque a mi esposa le espera una jubilación de hambre si nos quedamos, porque yo, al ser patrón no tengo casi derecho a la jubilación, porque un montón de plata se te va en impuestos que no ves el retorno a la sociedad, porque estoy harto.
Pero... y ... los que quedan?, los que no tienen la posibilidad escapar? ¿Qué país construirán? ¿Cómo será el Uruguay del S. XXI? Quién gobernará? A quiénes gobernará?
En el estado en que se encuentra el Uruguay, se compara con un barco que hace agua por todos lados, o, con una frazada corta, dónde si te tapas los piés no te da para la cabeza, así que, hay que arrollarse, el tema es que, no creo que estemos en condiciones de arrollarnos.
De cada 10 niños nacidos, 6 son pobres, de esos 10 niños, 8 entran al sistema de educación secundaria, y dos o tres lo terminan. De una población de tres millones de habitantes, en la última década, se han ido 130000 Uruguayos, de los cuáles el 60% eran profesionales de grado, el porcentaje restante casi en su totalidad mano de obra calificada y con experiencia. De ellos un 10% ha regresado.
Una mala educación pública contrastada con una educación privada exenta de impuestos, a la cuál asiste un porcentaje minoritario de la sociedad. Condicones de vida de niños, que favorecen el rencor hacia los estratos sociales más altos, trabajos mal pagos, precios inaccesibles de los comestibles, inequiad de oportunidades y cada vez más gente con casi nada que perder es un cóctel mortífero a mediano plazo.
¿Dejar el país es la solución? ¿Qué el último apague la luz? Evidente que no, pero... vale la pena hacer algo, por un Estado que se ha dejado morir en oligarquías, demagogia y burocracia? o por el contrario ¿ Salvarnos y tratar de ayudar a nuestras familias desde el exterior? altruismo por parentezco.
A mi modo de ver, la posibilidad de emigrar a Québec y Canadá se presenta firme, pues debo elegir y elijo salvar a mi familia y ser parte de un Estado que retribuye al contribuyente, que te hace sentir un ciudadano.
En resumen, la decisión de emigrar hacia Canadá sigue intacta.