domingo, 14 de septiembre de 2008

La tele me quema la capocha. Estoy quedando l@c@

Vivir sin tele es algo curioso, se extraña, no lo niego pero tampoco uno sufre de ningún tipo de ataque raro, es más se disfruta de más y mejor tiempo con la familia. A decir verdad, en estos días que planee estar alejado del teclado de la pc, simplement no pude, por varios motivos. Llovió casi todo el finde, está frío, y al no haber tele uno visita más la internet. Todavía no sé bien que quise hacer, el asunto es que no salió. Visité cosas interesantes, cociné, leí (hace tiempo que no lo hago), quedé sorprendido cuando me enteré que una novela de un escritor argentino Guillermo Mártinez, fué llevada al cine y la están estrenando en estos días. (cómo no ví la película, no puedo decir que es mejor si el libro o la peli). Decidí inscribirme de nuevo en la facultad, ahora voy a estudiar...."Arquitectura del Paisaje", en algo hay que pasar el tiempo, yo que se. Lo cierto es que no quiero volver a la tele, maldita tele que te aleja de todo lo que posees y que no quieres dejar pero que lo haces con sólo mirarla, parece que te hechiza, la ves y no sabes que es, pero te atrapa y te deja un poco tarado, lo sé porque me ha pasado, de hecho he quedado bastante estúpido, por lo menos en mi caso.
Hubo tiempos (y no es por decir que todo tiempo pasado fué mejor) en que la tele no existía, ni siquiera la radio, aunque esta última no es tan dañina para el espíritu y el cuerpo. Retomando, decía que la tele no existía (ahhh sí! cuando tengo ganas de escribir de todo ni siquiera yo me entiendo..... paciencia), entonces es obvio que hay que entretenerse, informarse de otras formas.
Cuando la información que circula, en cualquier ámbito humano, se debe a textos u oralmente, uno puede tomarse más tiempo para poder actuar con sabiduría y respeto de la situación y de los demás. Si el fluir de la información es lento, nos ayuda a que podamos balancear nuestras opiniones y que nuestros juicios sean más acertados y justos (cayendo en una justa redundancia). Si el ritmo de la información es mas lento, podemos valernos por nosotros mismos (otra redundancia), sin necesidad de recurrir a otro (referencia circular), tenemos en buena medida la posibilidad cierta de expresar la libertad de una froma sensata y sin herir a los demás.
Con el paso del tiempo y el avance de la tecnología, el ritmo de la información se ha acelerado, pues es necesario descifrar más cantidad en menor tiempo, para hacer frente a nuevos y más grandes desafíos. El tiempo que lleva formar un doctor, ingeniero, etc, no es el mismo que hace un siglo. Y así todo.
Cuando antiguamente se asitía a la escuela, tal vez era la misma maestra para todos los cursos, hoy hasta hay dos maestras por curso, y tal vez haya niños que no vuelvan a ver a sus maestras luego de terminado el curso.
La educación como tal la conocemos, es la forma que tiene la sociedad de formar nuevos sustitutos, para que sigan con la labor de los antiguos, la modifiquen, la perfeccionen.
La educación como la conocemos es la forma que tenemos de dominarnos a nosotros y de no permitirnos ser como fuimos en épocas no muy lejanas. Hay una canción que dice.. " tropezé de nuevo con la misma piedra....." . Aunque tal vez la hemos escuchado varias veces, en mi caso no he reparado bien lo que dice, sino hasta hace unos días, cuando hice conexión con varias ideas dentro de mi cabeza. Verán, el hombre es el único animal que tropieza varias veces con la misma piedra, porque es el único que puede descifar cómo poder sortear el problema. Podemos aprender, porque podemos repetir, podemos repetir, porque tenemos memoria y habilidad manual. Hemos evolucionado de esa forma y lo más probable sea que existe un gran componente de casualidad y suerte. Podemos aprender, porque fuimos dotados a travéz de la selección natural y de la evolución con un cerebro que posee una capa más desarrollada que en ningún otro animal, la hemos denominado.. Neocórtex.
Hemos usado esa habilidad, para poder sobrevivir. Esa habilidad es posible gracias a que hace millones de años los primeros mamíferos evolucionaron su masa encefálica diferenciándose de los antiguos dinosaurios.
Como el ave fénix, el intelecto se ha nutrido de sus necesidades y de sus falencias, autocorrigiéndose, tapando cada bache con nuevos y complicados circuitos, pero siendo suceptible de engaños por parte de sí mismo. No es nuevo que con la invención de la escritura, se pudieron eternizar los pensamientos. La escritura es otra herramienta del arte, el arte parte del hombre y es para el hombre. Modestamente, el arte es crear con libertad y contemplar con libertad. Se escribieron muros de piedra, tal vez ingeniosos problemas en la arena que fueron borrados para siempre, provocándo que la escritura fuera realizada en lugares u objetos que atravesaran el tiempo, para que otros seres humanos los pudiesen leer.
El Voyager, lleva la historia reducida de nuestra especie, una representación pobre del código genético, el sistema binario de numeración, algo de música. Cada una de esas cosas es para nuestras almas un trozo de humanidad, que no tiene nada de grandioso, pero que intenta dejar su huella en el universo el mayor tiempo posible. Tal vez esa nave no tripulada no llegue a ningún lado o cuándo llegue nosotros ya no estemos en este lugar del sistema solar.
Nuestra percepción del tiempo y del espacio no es completa. Con el vaivén de nuestras vidas nos olvidamos de lo importante y dejamos que caprichos innecesarios nos roben nuestras existencias.
Cómo un barco que se debate en la tempestad, es difícil encontrar el rumbo cierto, quizás dejarse llevar sea la solución, a riesgo de que no nos guste el destino. En cuyo caso trataremos de dominarlo y cuánto mejor estemos preparados, la buenaventura estará de nuestro lado. Nos gusta pensar eso, de hecho hemos creado redes que cumplen con esos algoritmos complicados que implican sufrimientos y tortuosas conductas que no nos convencen y que cuestionamos, pero que obedecemos sin chistar, en busca de un horizonte seguro.
Pinky y Cerebro, eran de mis dibujos animados preferidos. Cerebro queriendo conquistar al mundo y Pinky lo secundaba desde la ignorancia, atribuyéndole a Cerebro cualidades que no tenía, excepto, la inteligencia. El hecho reiterativo, es que Cerebro siempre conquistaba al mundo a travéz de un convencimiento colectivo, sin amenazas, sin obviedades. Por lo bajo, sin que lo vieran venir, como el leopardo que acecha, en silencio, adormeciendo, el plan perfecto.
A veces en mis noches de divagues, cuando le dejo la cabeza cuadrada a mi mujer de tanto hablar y contarle mis ridiculeces estúpidas, pienso en como dominar el mundo, cuál Cerebro, a excepción que mi esposa no se parece en nada a Pinky.
Me imagino una tele con estática, siempre presente, y tiene estática, porque ya conquisté al mundo, entonces ya no la necesito.
Al margen de estas boludeces (cómo me gusta decir), hay algo de cierto en esto. Si alguien quisiera educar al mundo, si alguien quisiera formar patrones de conducta, si alguien quisiera crear patrones de consumo, si alguien quisiera crear mitos y fantasías imposibles de abatir. Ese alguien deberá estar en consonancia con la televisión. Herramienta fundamental que penetra en todos los hogares , restauranes, hoteles,etc.
La cantidad enorme de horas que los niños están frente de la TV, mirando y asimilando, obteniendo herramientas para fundamentar conductas futuras, es preocupante.
El otro día estabamos en la caja del supermercado, y miré la pantalla de la tele que están en frente de todas las cajas, un enorme plasma, que emitía la promoción de la película " Los crímenes de Oxford", fué casi instantáneo ver las imágenes de la sinopsis y relacionarlo con la novela de Guillermo Martínez "Crímenes Imperceptibles". Hubo una breve, brevísima reseña al escritor argentino y hoy en el diario en la parte de espectáculos, veo y leo la publicidad de la peli y no encontré reseña alguna al escritor de la novela en la que se basa la película.
Es imposible estar informado al detalle de lo que nos rodea y de lo que consumimos.
Soy de los que piensan justificadamente, que tenemos que polucionar lo menos que podamos nuestro juicio, siempre estar alertas y practicar con más asiduidad el escepticismo, poniendo a prueba cada cosa que nos despierte sospechas.
Hoy lo que me despieta sospechas es la tele, estoy alerta.
Leer sigue siendo el camino.




Mi hijo mayor está comiendo un alfajor de chocolate en frente de su pequeña hermana de 2 años. Cuando la hermana le pide que la convide con un poco de alfajor, éste le dice..."no no no, esto es algo que me mandó el médico! " ???!!!! jajajajajaj


8 comentarios:

Ricky dijo...

Cuando eramos chicos no habia tanta television, habia 5 canales y no estaban las 24 horas como hoy. Es asi que jugabamos a las bolitas, a las moneditas.

Hoy los tiempos han cambiado. Jugamos a la computadora. Y si no hay tele, esta la computadora y si no jugamos al tateti en el celular.

Abrazo

Hector Torres dijo...

Leo:

Totalmente de acuerdo contigo, principalmente en lo de patrones de consumo, te los ensartan de manera inconciente y ya esta, formaron un futuro comprador de boludeces que vendra a ensanchar las arcas de la transnacional.

Claro que tambien tiene buenos programas, pero son la excepcion, la mayoria ya son reality shows que solo embrutecen. En la antiguedad se decia "al pueblo dale pan y circo", ahora es "mcdonald y tele".

Saludos.

Juliusss dijo...

Cierto, cierto, cierto...

Válido, válido, válido...

Aunque no dejo de disentir un poco, a continuación te explico porqué: Soy un lector más o menos regular y leo de todo, tengo preferencia por la novela histórica y hasta hace un tiempo, no discriminaba cualquier lectura que llegara a mis manos, tengo un familiar que también devora libros y comentaba con él esta situación de volverme más selectivo con lo que leo y me dijo algo que me dejó pensando: "sigues madurando, a la edad que tienes ahora, inconscientemente sabes que no puedes perder tu tiempo ni mal invertirlo en algo que no te redituará o que te dejará insatisfecho, y este proceso se extenderá a tus amistades, a tus decisiones laborales, a tus proyectos, a lo que ves en la tele o el cine, etc..." En verdad, me quedé pensando y esto viene a colación por tu reflexión de la TV, soy fan de algunas series y disfruto mucho el cine (aún en TV), pero ciertamente me he vuelto selectivo... ignoro si sea que "sigo madurando" o que poco a poco me vuelvo más consciente del tiempo que pudiera restarme como para pensar en malinvertirlo, pero una cosa es cierta... UNO SIEMPRE ELIGE. Otra cosa que me queda un poco dando vueltas en la cabeza, es la siguiente: ¿Cómo podría ser selectivo ahora si no hubiera tenido la oportunidad de ver y leer tanta basura, para poder ahora -a mi juicio personal- tomar lo que creo que vale la pena? Yo, en lo personal, no dejo la TV.

Un abrazo, Leo.

Anónimo dijo...

Yo no veo mucha teletonta, es absurda casi 23 horas al dia, pero lamentablemente mis hijos no puden vivir sin ella, los absorve demasiado, tanto tanto como el Internet.


Ainsss... qué tiempos aquellos en que apenas unas piedrecillas colmaban nuestras tardes de alegrís.

Ustedes tambien jugaban a la "payaya"?


Alelí.

El 22 dijo...

Coincido con Juliuss, hay distintos tipos de televidentes. Hay gente que llena su vida con la caja boba, eso la absorbe de su realidad o falta de ella. En lo personal, no hay nada para mi como un buen libro; pero hay muchas series de ficcion de altisimo nivel que se dejan ver, seleccion es la clave. Creo que hoy en dia, Internet se esta conviertiendo en un monstruo mas peligroso que la tele, en especial para los chicos.
Ahora pregunto amigo Hector Torres, desde cuando se dice en Mexico "boludeces"? ja, ja, ja vamos todavia con la globalizacion. Saludos.

Hector Torres dijo...

Es que en Mexico decimos "pendejadas", pero como no me van a entender por eso hablo "argentino", jajajajajaja

Saludos.

Alejandra dijo...

cheeeee que nosotros somos uruguayos

Leo dijo...

Riki:
Cuando yo era chico no teníamos tele y aunque sea una frase fácil, ninguno murió. La primer tele fué en 1978 para el mundial de Argentina, recuerdo que papá lo miraba mientras pintaba la casa. Buenas anécdotas.

Héctor:
Sip, la tele se vuelve pura boludez o pendejada. Es cierto que tiene series buenas y me gustó eso de pan y circo.

Juluisss:
Gracias por el reconocimiento, en realidadeste iba a ser un post para la chacota, pero resultó algo intrigante y estimulante.
Buen comentario Juliusss.

Alelí:
Cómo no vamos a jugar a la payaya, acá le decimos payana y pasábamos las tardes en eso y la imaginación volaba. Buenos tiempos, lejanos tiempos, fuí muy feliz.

El 22:
Capo, la internet es un vicio, creo que para todos, yo en particular soy un casi adicto.
Y sobre las series buenas estoy casi de acuerdo, pero es sólo de contra.

Héctor:... trata de decir... ¿qué hacés loco!? ¡queacés?, loco! y te vas a parecer a un porteño y a un uruguayo y yo digo ¡Viva Zapata!
jejejejej:-)

Alejandra:
Amor de mi vida, para nuestro..... somos uruguayos.

Todavia no sé que le ven de lindo al uruguay:....

Abrazos a todos y gracias por comentar. jejejejejjejeje ;-DD