Un día de perros

Cuántas veces hemos repetido, " La vida es una sola"? Las veces que sea necesario para convencernos de que no tenemos otra, pero porqué?

Es que no nos damos cuenta de que la vida en realidad es solo una?, por qué tenemos que pensar que existen vidas infinitas? y que en cada una de ellas tenemos la oportunidad de mejorar y de estar cada vez más  cerca de Dios? y que tiene eso de beneficioso para nosotros, tal vez ser tan escéptico esté mal? Ya no quiero preguntar más si Dios existe o no.

Pensando sobre el tema, cierto día creo que me dí cuenta de algo importante por lo menos para mí y que hace que las cosas valgan la pena el esfuerzo.

Mística es como le hemos llamaado a este sentimiento tan particular, verán en nuestras vidas nada funciona sin este elemento por más que intentemos.

Recuerdo que estaba pensando en los curas y en el estilo de vida que han elegido, pensaba, en lo defraudados que se iban a sentir si en algún momento descubrían que Dios no existía (léase que esto es imposible, pues de descubrirlo no sólo sería para estos curas, sino que para toda la humanida, cosa que no tendría sentido como veremos más adelante), que chasco se iban a llevar.

Pronto descubrí que no era cuestión de si Dios existía o no, es cuestión de mística. El gran padre de los cielos y todopoderoso, puede existir y castigarnos o bendecirnos desde su morada, pero no puede obligarnos. ¿Porqué?, bueno, porque no tiene sentido entonces la fe y sin ese condimento no tiene sentido su existencia. Yo sé que a veces me voy de mambo con estos dilemas pero es que me aquejan problemas pequeños y quedo perplejo por la reacción de las personas.

Si eres ateo o agnóstico, fundamentas de una u otra forma la no existencia de un todopoderoso y en realidad estás fundamentando tu propio esquema de creencias, pues algún axioma debes tener como punto de partida .

Siempre depende del lado que estemos.

-Fulano! venga!

-Sr, que pasó?

-Trabajas hasta hoy con nosotros.

-Me dejas en pelotas si me corres, ¿qué le digo a mi mujer cuando llegue a casa?, tengo mil kilombos en mi casa y me corrés? Sabés que no soy muy despierto y hábil en el trabajo, pero... hago mi mejor esfuerzo y si me corrés mi mujer me deja, justo ahora que estoy por casarme en estos días? por favor no me corras dame otra oportunidad! Ayuda! quiero otra oportunidad te juro que no te fallo, esta vez voy a estar más atento!

-Hace días que lo venimos charlando, Fulano, no puedo, simplemente por respeto a los demás que están trabajando, no puedo.

-Por favor hacé algo, te trabajo a menor precio por hora igual o en negro si es lo que quieren, si cometí algún error, bueno, lo repararé de algún modo, pero por favor otra oportunidad que mi mujer me deja y se lleva mi hijo. Yo sé que tenés razón y que es cuestión de números y de productividad pero, tal vez se pueda hacer algo.

- No, lo siento, pero no, es una decisión tomada y con fundamentos.

Se dió media vuelta y se fué, lo dejó con lágrimas en los ojos, lleno de impotencia, lleno de rabia, con el nudo en la garganta, con ganas de huir del mundo de escapar de tirar todo a la mierda, de correr y no detenerse hasta llegar a ese lugar que ahora necesitaba tanto. 

Fulano caminó rumbo a su casa pensando entre la impotencia y el miedo, como iba a hacer para decírselo a su mujer. Pero ese era un problema de él y dentro de su casa estaban las cosas complicadas.

Al otro día a la hora de entrada al trabajo, apareció Fulano con los ojos reventando en lágrimas, hinchados tras haber pasado una pésima noche.

-Patrón!

-Si Fulano, ya hablamos el tema ayer y sabes que puedes pasar a cobrar por la oficina

-No es eso, es que vengo a rogarle una oportunidad. Yo estoy seguro de que se puede hacer algo.

-No ya lo he dicho y no voy a dar marcha atrás, en  una decisión de ese tipo, no puedo.

-Pero es que mi mujer me abandonó y se llevó mi hijo. Quiero recuperarlos.

Esto que les relato ocurrió de veras, palabras más palabras menos, a veces lo que pensamos que puede jugar a nuestro favor, en realidad no lo está y cuando tenemos que tomar decisiones difíciles, es cuando somos menos comprendidos.

El bien general siempre está por encima del particular.