miércoles, 1 de febrero de 2012

Decisiones

No puedo seguir pidiendo disculpas, ni siquiera secretamente, simplemente porque estoy haciendo lo que quiero, lo que se me canta y si se que en esto hay un montón de prejuicios y valoraciones poco felices, pero y no es disculpa, todos los finales de cuentos tienen un final que es consecuente con las causas.
No soy un angelito ni pretendo serlo, sería muy aburrido para mí y los que me rodean, no se comportarme y siempre me ha costado hacer las cosas bien o por el camino de las reglas o el correcto, pero bueno tampoco he sido un pistolero que sale a los tiros, solo he tomado el camino del medio, con pocas responsabilidades y con mucho atrevimiento.
De que se asustan los santos y las vírgenes? Cuál es el peor temor el más oculto, el que no quiere salir? A veces el dolor es tanto que no nos permite ver la realidad y demonizamos todo lo que nos hace la competencia o que nos obliga a abrir los ojos, nos dejamos llevar por las emociones más bajas e involucramos a los inocentes en problemas ajenos que nada tienen que ver con su naturaleza.
Según algunos eso es actuar con bajeza, según yo, simplemente nos vemos involucrados en cuestiones más amplias que nuestra visión y resulta que tomamos decisiones equivocadas. Cualquier punto de comparación será insuficiente o simplemente solo habrá caso omiso a los reclamos que no tendrán suelo fértil.
Nadie tiene el puño tan limpio como para señalar a otro y cada uno de nosotros cometemos errores y pecados diferentes.
No es la grandeza ni la honradez ni ningún valor de esos que podemos encontrar en una tabla bajada de los cielos. Sólo es hacerse cargo con la responsabilidad que nos compete de las decisiones que hemos tomado.
El tiempo solo callara las voces, y nosotros solo avanzaremos.

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