Nuestras cosas

Llamamos nuestras cosas a todo aquello que nos pertenece de una forma u otra, es así que tenemos nuestra casa, nuestro barrio, nuestro país, etc. También en una medida más pequeña, poseemos nuestra batería de cocina, nuestras herramientas, mascotas, muebles, costumbres, idioma, amigos, conocidos, lugares de compras, comidas predilectas y autóctonas, modales, cultura, televisión, radio, estéreo, etc.
Somos dueños de todo eso y más.
Entonces me pregunto más de una vez, ¿qué es lo que nos fuerza a salir de este lugar?
Cuando me doy cuenta que todo esto comenzó como un juego, cuándo recuerdo cómo me ponía a pensar en que si era posible obtener la visa de residente permanente?, en si a nosotros, también se nos daría la oportunidad de emigrar hacia Canadá? Es cuando pienso todo eso, que no sé cómo pasó el tiempo tan rápido que ya estamos vendiendo las cosas, hay personas que vienen a visitar la casa para alquilarla y ya elegimos (y en eso tenemos suerte) quién se va a quedar en nuestra casa.
Son sentimientos raros, opuestos tal vez, queremos irnos y a la vez no queremos desprendernos de cosas que han costado tanto esfuerzo obtenerlas, pero comprendemos que a la vez no se puede tener todo en la vida y menos si te vas al otro lado del mundo.
Así es que, conoces a personas que van a ser los nuevos propietarios de cosas que antes eran tuyas, nuevas decisiones sobre tu casa y nuevas experiencias.
A la vez y para equilibrar la balanza, nosotros tendremos nuevas y enriquecedoras vivencias en Québec, conocer otras personas y todo eso, vivir en una nueva casa por un tiempo y luego mudarse, hablar otro idioma, hacer nuevos y buenos amigos, pelear contra la adversidad y sentirnos que estamos vivos y que vale la pena cada paso de nuestro nuevo camino.
Emprender este proceso emigratorio, hace dos años incluyendo un año y tres meses de trámite, además de dinero ha costado fuerza, voluntad, escribir cosas en un blog, relacionarnos con personas a través de él, pensar mil veces la decisión en cada uno de los pasos a seguir y etapas que se fueron cumpliendo.
El primer objetivo está cumplido, a conciencia de que faltan otros más o menos difíciles.
Hay parte del camino andado en presencia de nuestros seres queridos, amigos y personas que amamos.
El futuro, aunque incierto, se nos abre como un puerta hacia las cosas que soñamos y que espero estar a la altura de los acontecimientos, por mí y por mi familia.