Salud Uruguaya

Cuando era gurí, en mi ciudad o pueblo, casi no existía la salud privada. En parte porque, éramos pocos pobladores, en parte porque recién comenzaba a ser visto como un negocio.
No fué hasta en unos años después, que el auge económico de las mencionadas mutualistas, se vió pujante y pleno de salud. Es que para ello no sólo contaba con el aporte de los socios privados de cada una de ellas, sino que además el Estado las subsidiaba mediante el aporte de socios, por intermedio de lo que en algunos países llaman, obra social. Eso es que, si estás trabajando en blanco, tenés el derecho y la obligación de ser atendido en una mutualista. Esto servía a las mismas, pues el aporte por cada uno de los posibles pacientes, es seguro todos los meses y es medicina curativa y no preventiva, además que si es por laburo el sector de medicina privada iba a tener pacientes de edad productiva, o sea que se enferman poco. Se desviaron fondos de la salud pública hacia la privada, e incluso se hicieron préstamos para poder seguir manteniendo el servicio, algunos de los propietarios de estas instituciones de asistencia, (por no decir todos) estaban inmersos en la vida social y política del país. Los recursos del Uruguay siempre fueron escasos, mal administrados, difíciles de conseguir y cuándo eran buenos, al corto plazo sucumbían a causa de factores externos. La salud pública al igual que otras instituciones, se fueron vaciando de capital, a causa de mantener un Estado paralelo, y de mantener sueldos públicos, cosa que origina un endeudamiento mayor, interna y externamente.
Al día de hoy estamos recorriendo el camino inverso, se está tratando de convertir ese Estado paralelo, en Estado propiamente dicho, y el camino es doloroso, plagado de equivocaciones y de discusiones que si si, o si no, pero, creo que es un camino que hay que recorrer, para una salud pública de libre acceso y de igualdad de condiciones, como alguna vez lo fué.
Estamos lejos de eso , quizás es por eso que quiero irme, no lo tengo seguro.